viernes, 10 de septiembre de 2010

Volver a la cancha ep. 1






Todos tenemos nuestros momentos de gloria. Glorias que se van y nos dejan una sensación de calzoncillos rotos, barba desprolija, camisón de abuela y triglicéridos que asoman. El descuido. Por eso, este espacio está dirigido a todos los que quieren la vuelta a la cancha, como el Diego, como el Chengue, como Never Araujo y como Luis Alberto Lacalle y su segunda presidencia. Aquí van a encontrar métodos utilizados por los grandes. Las técnicas del regreso al estrellato. (Publicado en “Revista ParaNorma”, núm 1, año 0). 

Testimonios de vida de famosos que prácticamente no tienen vida propia. O por lo menos no lejos de nuestra insistencia fisgona. Por eso principalmente aprenderemos de ellos a proceder ante el descuido.


Agte. F. Moldes


Esta vez nuestras fuentes fueron detrás de una gran incógnita en la música latina de los años noventa. Muchos mitos hay detrás de esta figura, pero poca investigación seria: ¿Qué se hizo de Machito Ponce?

Todos lo conocen hoy por diferentes apodos. Gustavo Radaelli, Samantha, "Oye Pana boludo", "15 minuto", Aníbal Troglo y muchos más.

Pero ¿qué es de la vida de aquel exponente de la música pachanguera, que surgió de quien sabe donde para volver allí? Cuanto halo de misterio gira en torno de tal personaje. Cantaba en castellano con fingido tono caribeño (te ponía a gozal, con 50 mil discos vendidos papá), con fondo de electrónica y una minita que tiraba un inglish sensual. Que gran momento de difusión de su obra se produjo cuando compuso aquella canción para la farándula argentina (porque si, era argentino nomás, como el dulce de leche); que atendía al episodio protagonizado por Maradona, Coppola y unas mujeres algo breves, entre las cuales estaba la tal Samantha. Y droga, y un jarrón o un jamón (las fuentes no dan especificaciones), y capáz que más gente. La letra empezaba así: "Hay una chica de mi vecindario que hoy es el centro de los comentarios. De ella se habla por más de una cosa y de verdad que se hizo famosa", y largaba un "Samantha, toda la noche se la banca". Y Machito, en ese momento mejor conocido como "Oye pana boludo, chabón", surfeó la cresta y se lo llevó la marea del verano con otros temas chotos. Sin embargo Machito está por algún lado, y no solo eso, debe estar haciendo cosas, y no solo eso, debe haber mas de uno por ahí. Nosotros creemos haber conversado con algunos machitos posibles, y hasta sin darnos cuenta.

Para saber de su retorno estuvimos recogiendo diferentes testimonios de personas que mantuvieron contacto con él. Que le conocieron, que lo vieron por ahí, por última vez quizás.

Peter Changamou estuvo en Hawai y jura haberlo visto. Dice que allí Machito se convirtió en la estrella de surf local, y era mimado y codiciado por todas las isleñas. Lo reconoció por su estilo sobre la tabla, con una mano extendida hacia adelante en movimiento vaivén, con los dedos hacia abajo tendiendo a cubrir sus genitales. También porque el nombre por el cual logró nuevamente llegar al estrellato no disimulaba su condición y nacionalidad argentina. “Aníbal Troglo era realmente bueno en la tabla”, dice Peter.

Chippo Techiyón es un inmigrante que arribó a la Argentina en pleno auge de Machito, y la desilusión que le provocó volver, luego de llevar algo de dinero a su familia en Tananga, Chipre, y no reconocer aquella pachanga y vida nocturna que tantas satisfacciones le había despertado, lo llevó a la locura primero, a la cordura después, a la locura de vuelta, y a la búsqueda, mucho más tarde, de alguna respuesta. Pero no hablaba mucho español. No entendió lo que le respondieron. Finalmente se conformó con Vilma Palma. Manda saludos a su flia.

Por último Conversamos con un peatón que tenía cara de haberse cruzado con Machito, y mitómano. No quiso identificarse pero su testimonio es el siguiente: "Sí, si lo recuerdo perfectamente. Su nombre verdadero ni en pedo me lo acuerdo pero bue lo importante es que el otro día cuando iba por Villa Ortuzar, detengo mi auto en un semáforo y lo veo ahí esperando para cruzar la calle. Me di cuenta de que era él muy fácil. Entonces le grite para que subiera al auto que quería hacerle unas preguntas y el me contestó “OYE MI PANA CONDON YO NO VOY A SUBIR A TU VEHÍCULO” y se marcho corriendo por un callejón.
(nota: El peatón tenía auto pero no en ese momento).
Más tarde el peatón develó su verdadera identidad como el hermano menor de Machito, y contó que después de desaparecer de la farándula el hermano grande invirtió todo su dinero en sofisticar sus conocimientos informáticos. Se convirtió en hacker. Inventó varios virus informáticos y sus respectivas curas como: "ahora te voy a poner a gozal" 1 y 2, y su cura "ahora te voy a poner a descansal", o "mi pana el condón" virus experimental, y "oye pana oye brother" y su cura "como me jode que no me digas las cosas".

Sea donde esté, un grande de las cosas grandes que nos demuestra como la vida está llena de sorpresas y una de ellas puede ser cruzarse al propio Machito por la calle y que nos cante la posta de como hizo para volver a ser famoso. Y tantas veces, y en tantas disciplinas diferentes. Así que si estás triste porque nunca más volvieron a abanderarte con la uruguaya, se puede. Algo es seguro: A Machito no le importó lo que decían los rumores de él, no se sentía gordo. Entonces, no te arrugues. Volvé a la cancha.

Machito surfing in Alaska



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